11 octubre 2008

Autorretrato

Soy una mujer nacida en primavera
que tuvo muchas ansias de amar en el otoño.
Que le crecieron las piernas demasiado pronto
y el corazón no tardó en estallarle.
Soy una mujer pero pude ser perro
o gaviota o carnero,
soy una mujer de carne y verso.
De niña quise escalar por las ventanas
preguntar lo indescifrable
pero me veía a mí misma colgándome
de nuevo los interrogantes.
Ahora soy una mujer de amor y hueso
que recoge una a una las caricias
que se fueron desprendiendo.
Soy una mujer que saborea despacio
cuando aflora el sentimiento
Que se cuelga en el tiempo de los ojos amados.
Que un día aligeró su peso y hoy tiene un espacio.
Soy una puerta entreabierta que finaliza en mis brazos
pero no sé adónde voy aunque sigo insistiendo
en ceñir de nuevo el lápiz entre mis dedos.
No quiero ir en contra de mi propia marea,
soy sólo una mujer nacida en primavera.


(Gloria Bosch, del libro: "De carne y verso")

22 marzo 2008

Barrio Chino

Viví la infancia en una planta baja
en pleno Barrio Chino
en medio de dulces y lecheras
interrogantes y ojeras.
Un gato negro se paseaba entre mis piernas
mientras yo, con un lápiz mordido,
jugaba con un poema.
Algunas tardes merendaban en casa
clientes diferentes
mendigos, prostitutas, travestidos
-buena gente-
otras, me sentaba en una silla baja
para ver como la vida, vestida de rojo,
se paseaba contoneándose por la acera.
Ahora vivo en un quinto sin ascensor
-he mejorado-
tengo palomas en la azotea
y un día invité a la vida a que subiera.


Gloria Bosch ( “Una llamada tuya bastará para sanarme”)

21 marzo 2008

Solidaridad

Te escribo en esta mañana de viernes
con la compañía de mis objetos cotidianos.
Hoy aterrizaron en casa dos visitantes nuevas
que inundaron de sorpresa mi rutina.
Miré al techo buscando una respuesta
y me acordé del cielo ampurdanés y de tus ojos
pero solo encontré una mancha amarilla en el techo
y dos gotas inmensas con música de fondo.
Coloqué algunos cubos y me quedé observando
las goteras resbalaban por mi rostro
y sentí que el techo, en un acto solidario,
se desmoronaba despacio, despacio.
En este viernes irrespirable
una llamada tuya bastará para sanarme.

Gloria Bosch (“Una llamada tuya bastará para sanarme”)

20 marzo 2008

Hoy me miré debajo de las uñas

detrás de las orejas
encima de los párpados
en el interior de las muñecas.
Pude observar el envés de mis talones
el ángulo recto de mis codos
la circularidad de mi frente
el áspero contorno de mis ojos.
Espié la redondez de mis hombros
la rigidez articular de mis rodillas
la puntiaguda forma de mis dedos
y la amplitud voraz de mis tobillos.
Hoy pude verme
-escondida-
en donde menos lo esperaba.

Maria José Aldunate

19 marzo 2008

Siento que me estoy alargando

Siento que me estoy alargando
que se alargan mis piernas
mis manos
las uñas de mis dedos
mis muñecas.
Se alarga mi garganta
emite gritos largos
profundos gritos.
Largos.
Mi pecho, mis talones
mi corazón, su cavidad
mis hombros y mis huesos.
Toda la sangre se ha volcado
fuera de los límites voraces de mi cuerpo.
Son muy largas las venas
se alargan, se me alargan
se enroscan en el aire
se retuercen, explotan
y salpican de rojo todas las avenidas
mientras mi lengua ávida
permanece mordida por tus ganas.
Mª José Aldunate

18 marzo 2008

Amigas

Mis amigas son un manojo de flores frescas
en el jarrón de mi vida
y tienen una peculiaridad
al regarlas me riego a mí misma
porque no sólo adornan el salón de mi presente
también contribuyen a reconstruir mi pasado
y a componer mi futuro,
son piezas clave de mi puzzle fragmentado.
Cada una es un pedazo de mi espejo
un reflejo, una imagen de mí misma
un dígito de mi clave secreta.
Mis amigas son la familia no impuesta
la sangre que no corre por mis venas
pero sí la savia que cabalga por mi alma
dejándome en cada vivencia una huella.
Ellas escriben en las páginas de mi libro
y acompañan mi dolor porque también lo conocen,
saben de mi soledad y mis angustias,
mis luchas, mis fracasos, mis temores.
Son capaces de hacerme reír en mi propio entierro
y besar mis heridas cuando sangran,
guiarme en el laberinto cuando me pierdo
y callar cuando se impone el silencio.
Mis amigas son los bastones que me faltan
cuando mi alma anda un poco torcida,
tienen la habilidad de ser transparentes
y frágiles como el cristal pero consistentes.
No concibo mi vida sin su presencia
y aunque empiezo a contarlas desde mi mano izquierda
cuando las observo reunidas, abiertas a la vida,
veo un abanico desplegado de infinitas varillas.
Mis amigas son las caricias que me faltaron
cuando yo era niña.


Gloria Bosch (“Una llamada tuya bastará para sanarme”)

17 marzo 2008

Poema ortográfico

Ya te quiero hasta sin comillas
sin puntos suspensivos,
sin acento, sin mayúsculas.
Te quiero y no sé si quiero
ocultarte entre paréntesis
poner punto y seguido a cada encuentro
dejarte entre guiones
subrayar cada verso que me inspiras.

Ya te quiero hasta sin palabras
sin comas, sin interrogantes
sin conjunción ni sílabas
te quiero, por supuesto, sin punto y aparte.

No deseaba mostrarte mi texto amoroso
prefería escribir un poema en tu cuerpo
con mis dedos sordos
pero tú te fuiste hacia mi diptongo
y me dejaste temblando apoyada en el folio.

Ya te quiero
quizás ya te quise
antes de que supiera que iba a quererte
pero me atraparon los signos
la geografía de tu nombre
el código del lenguaje.
Ahora ando a la deriva por la hoja en blanco
pero echo el ancla en una esquina
y en minúsculas
y con un lápiz gastado
dispongo fecha y despedida
y firmo, firmo que te quiero
ante notario.

Gloria Bosch (“Dédalo del deseo”)

16 marzo 2008

Donde la muerte no asusta

Te has encontrado alguna vez, con unos ojos que te lleven tan lejos, que te miren tan hondo, tan adentro, que te sientes desnudo y todo, todo lo demás desaparece?. Has puesto luego, esa desnudez en las propias manos del dueño de esos ojos?. Has sentido como se dilata cada poro debajo de las yemas de sus dedos?, cómo cabalga el pecho desbocado, como un jinete ausente de conciencia?. Han guardado la realidad en un cajón alguna vez? Han apretado el tiempo lamiendo su cintura? Han hecho de un minuto casi noventa lunas? Y ya trepados en la nube, bebiéndose de a dos cada gota de néctar liberado. Habiendo entrado allí, a lo más profundo de su esencia, habiéndose palpado el corazón por dentro, se encorvaron finalmente, en un grito llorado?, lo sintieron alguna vez?. Pues, la muerte, si la propia muerte deviniera en ese instante, no dejaría otra cosa que rastros de azules intensos en el aire.

Mª José Aldunate

15 marzo 2008

Cuando los besos lloran

Se ahogó un beso.
Se fundió con la sal
tanto!
que se confundió con ella.
Y no supo después
si fue beso o llanto
porque lloraba el beso en esa boca
porque besaba el beso en ese llanto.
Y lo supo después,
no fue beso ni llanto.
Fue Amor,
llorado en ese beso,
besado en ese llanto.
Amor!
trepando a la garganta
y el miedo de la ausencia
que rodó,
como lágrima.
Mª José Aldunate